Apostar por la sanidad pública: más autonomía y capacidad de gestión para las organizaciones sanitarias
Socio director de Antares Consulting
Las organizaciones han sido sometidas durante la crisis sanitaria del Covid19 a una situación de estrés insólita, que ha puesto de manifiesto que la actual rigidez jurídica, administrativa y de gobierno de las instituciones sanitarias no está adaptada a la complejidad de su gestión, donde debe predominar la autonomía, la profesionalidad y el liderazgo clínico.
La crisis económica de 2009 llevó inicialmente esperanzas de cambios estructurales en el sistema sanitario, que finalmente no se produjeron. La sanidad pública no se puede permitir dejar pasar una nueva oportunidad de cambio y transformación.
Uno de los elementos importantes en la gestión de las organizaciones sanitarias, sean hospitales o centros de atención primaria, es su capacidad de conducir de forma profesionalizada, autónoma y con criterios clínicos para conseguir los mejores resultados en salud posibles con los recursos existentes. Hoy, esta capacidad no se da suficientemente en nuestro sistema.
Desgraciadamente, el debate sobre la capacidad de gestión de los hospitales ha versado tradicionalmente entre las opciones de propiedad del hospital: público o privado. Y no se ha entrado en profundidad en elementos como dotar de un marco de gestión apropiado en el hospital público. En los últimos años, todos los sistemas sanitarios públicos europeos han hecho esta apuesta.
Hoy, el modelo predominante en Europa es el hospital público, con personalidad jurídica y autonomía de gestión. Y dentro de este marco general, destaca una excepción: el sistema nacional de salud de España y también el de Cataluña: un hospital público de gestión directa, sin personalidad jurídica, escasa autonomía de gestión y con una importante interferencia política en la dirección . Debemos tomar conciencia de que este hospital público de nuestro entorno es una excepción, y casi una antigualla, en el sistema europeo comparado.
Si analizamos las características de los hospitales públicos modernos de los países de nuestro entorno, encontramos los siguientes elementos:
- El hospital es de propiedad pública, generalmente de la región o del municipio, pero dotado de personalidad jurídica propia
- Los profesionales sanitarios son empleados públicos, pero no necesariamente funcionarios.
- El órgano de gobierno, su composición y elección, está regulada por ley, es transparente y basada criterios profesionales.
- La composición del órgano de gobierno del hospital suele ser mixta: representantes, profesionales, pacientes, público (pesos relativos variables).
- Una crecimiento apertura del órgano de gobierno en pacientes / sociedad ya sea con sesiones abiertas al público o mediante su participación.
- Los equipos directivos son nombrados con criterios profesionales, bajo procesos regulados y transparentes.
- La participación de los profesionales sanitarios en los órganos de dirección del hospital es mayoritaria (liderazgo clínico) y con tendencia hacia una organización clínica más o menos descentralizada
- El régimen económico es autónomo, con capacidad para gestionar el resultado económico del ejercicio, gestión de activos (patrimonio) y capacidad de endeudamiento
- Los hospitales tienen capacidad de Inversión para el equipamiento y tecnología mediante recursos propios (el sistema de pago de actividad incluye el coste del capital).
Este modelo de organización sanitaria publica, aplicable a hospitales y atención primaria, no es una visión de futuro, sino que es la realidad actual (y desde hace años) en el panorama europeo. Reforzar la sanidad pública es adaptar el hospital público a las necesidades del sistema sanitario, y modernizarlo en la línea de lo que hoy es un hospital público moderno en Europa, y abandonar el modelo actual que no es más que una rara avis en el marco de la Unión Europea.